El mallorquín Rafael Nadal tuvo motivos más que suficientes cuando le ganó en la final de Indian Wells al argentino Juan Martín del Potro por 4-6, 6-3 y 6-4 en dos horas y 29 minutos. Consiguió la victoria número 600 y el mayor desafío de su carrera: retomar tras siete meses alejado de las pistas por causa de una rotura parcial del tendón rotuliano de la rodilla izquierda y el síndrome de Hoffa.
“En serio, es imposible tener un mejor regreso, ¿o no?, dijo el español con una sonrisa en la cara. “Estoy feliz de todo”, agregó luego de ganar Indian Wells.
“Es una de las victorias más emotivas de mi carrera”. Lo dijo de forma sincera. El sufrimiento había quedado atrás.
Tiene “una capacidad de concentración y de aguantar el sufrimiento muy alto”. “Inculcar una mentalidad de hierro es fácil, lo realmente complicado es tenerla y yo creo que el mérito es totalmente suyo”, ha afirmado Toni Nadal, que ha confesado haberlo pasado “mal” en estos meses parado. El técnico ha defendido la decisión de no participar en el Master 1000 de Miami, ya que considera que “estar parado le vendría bien a la rodilla”, y ha reconocido que, si bien está mejor de lo que esperaba, aún tiene que potenciar la pierna izquierda y los cuádriceps.
Pero cuando muchos temían de su retorno, Nadal volvió y con hambre de triunfos.
Programó su año para que sea menos nocivo para sus rodillas. No jugó Australia y comenzó su gira sudamericana de menor a mayor nivel y sin molestias aparentes.
La gira europea lo espera…
Paula Pérez Marzo