El Primer Grand Slam del año en la rama femenina fue conquistado por la china Na Li (4ª) al vencer a la eslovaca Dominika Cibulkova (24ª) por 7-6 (3) y 6-0 en una hora 37 minutos.
Desde un comienzo Li Na llevó el ritmo del partido y tuvo chance de ponerse 3-0 arriba pero la eslovaca reaccionó y se llevó su primer game para ponerse 1-2. A continuación todo se emparejó
pero a partir del 5-5 la china cometió menos errores para avanzar 6-5 y su saque. Los los nervios de cerrar el set set le jugaron en contra y la eslovaca se puso 6-6 para ir al tiebreak y ahí Li Na se impuso con autoridad y lo cerró en 7-3. Con un set a su favor y con menos errores, la asiática se llevó el segundo parcial por 6-0.
En total, la china sumó 34 winners y 30 errores no forzados, mientras que la eslovaca sumó 11 y 28, respectivamente.
Li Na llegó a la final tras ganarle desde octavos a: Ekaterina Makarova, Flavia Pennetta y Eugenie Bouchard mientras que Cibulkova tuvo que superar a: Masha Sharapova, Simona Halep y Agnieszka Radwanska,
Un poco de historia oriental...apodo: "la Muralla China"
Li Na que el próximo 26 de febrero cumplirá 32 años tuvo sus vaivenes como todo jugador de tenis.
Ella nunca opinaba. Era entrenada por su esposo y coach, Jiang Shan y en esa mezcla de roles hubo crisis, frustración, impotencia. Hasta que surgió un salvador, el argentino Carlos "tití" Rodríguez que le dijo: "Ahora hacemos un intercambio, «contame tu partido y después te cuento el que vi yo». Es un ejercicio interesante. Además hay otro elemento: el chino es muy desconfiado. Por cultura, porque históricamente ha vivido oprimido. Entonces cuando arrancamos le sugerí: «No te pido que me tengas confianza desde el vamos, llegará con el tiempo y me la iré ganando, no te exijo que me hables enseguida.»".
En su oportunidad Li Na evaluó seriamente el retiro del tenis en Wimbledon 2013, luego de la eliminación en segunda rueda de Roland Garros. Y "me dijo: «quiero volverme a casa»; le respondí «bueno, andá, yo en tu lugar haría lo mismo», y se me quedó mirando sin entender. Enseguida le aclaré: «Si esperás que te pida que sigas, como te diría todo el mundo, no saldrá de mí». Y después le expliqué: «Tenés el dinero como para estar tirada en Hawaii tomando un jugo de naranja hasta los 80 años. Si estás acá no es para llorar, la idea es divertirte con el tenis y hacer tu trabajo de la mejor manera que puedas». Esas palabras le chocaron un montón."
"En China es inaceptable ser el segundo, perder o que las cosas hayan salido mal. No asumen el fracaso. Piensan en el resultado, nada más. A ella le expliqué que el triunfo dura 10 segundos: ganaste la última pelota, la gente te aplaudió, metiste la raqueta en el bolso, pasó un minuto y te fuiste del court. Pero... ¿cuánto trabajaste y cuánto placer te dio recorrer el camino para conseguir ese resultado?
"Carlos me salvó la vida", confesó Li Na. Se refería al desgaste matrimonial derivado de la doble función de su esposo-entrenador. Cuando Carlos Rodríguez tomó el mando, la tensión de la pareja desapareció.
Esta jugadora con la sonrisa a flor de piel ya reescribió la historia del deporte asiático. Apareció en la tapa de la revista Time como una de las 100 personalidades más influyentes del mundo. Tuvo unas ganancias estimadas de 18,2 millones de dólares: de esa suma, 15 millones de dólares pertenecen a contratos publicitarios: entre ellos, Rolex, Nike, Samsung y Mercedes. Ningún otro tenista chino (ni asiático) de cualquier sexo ha ganado un torneo de Grand Slam.
Según Tití, en su país es como Gabriela Sabatini, aunque a la vez genera controversia, porque es de nacionalidad china, pero no vive ni piensa como tal. Al haber tenido coaches extranjeros y vivido afuera, es mucho más franca y directa que el chino típico. Lo que yo quiero no es hacerla jugar bien, porque ya lo hace y ganó muchas cosas. Sólo quiero que viva este deporte de manera diferente; si no, se va a quedar con un recuerdo amargo del tenis", declaró Rodríguez, el argentino criado en Puente Saavedra, hincha de Platense y que condujo a la belga Justine Henin (ex número 1) a la conquista de siete títulos grandes y ahora, cerebro y mentor de una asiática revolucionaria.
Dos simples personas: un argentino, una oriental. La filosofía perfecta para triunfar...
Nota: Prof. Paula Pérez Marzo